lunes, 11 de junio de 2012

El Carpaccio.


 

A mediados del siglo XX, la condesa Amalia Nani Mocenigo tenía un problema de salud, todo por culpa de un déficit en la producción glóbulos rojos, por lo cual el medico le impuso una dieta a base de carne cruda.


Siendo la condesa una clienta habitual del prestigioso Harry's Bar (Venecia), Amalia hizo saber a Giuseppe Cipriani (el chef de ese local), de su situación y su nueva dieta. Como el cliente siempre tiene la razón, y más cuando es una persona con esa tal influencia, a Giuseppe no le quedaba más opciones que servir cruda esa carne; pero eso tampoco significaba que le agradase la idea.
Es más, al chef le horrorizaba el simple hecho de pensar que en su prestigioso local, pudiese servir un trozo de carne cruda como si fuese destinado a ser devorado por fieras. Y peor todavía, que sus demás clientes observasen como en un sitio como ese, eran capaces de servir una abominación semejante.

 Así pues, Giuseppe debía de idear en tiempo record, un plato que tuviese más categoría y prestigio que un simple trozo de carne cruda; y además que no llamase la atención del resto de comensales, mientras este plato saliese de la cocina, dirección a la mesa de la condesa, pasando por todo el comedor.
Su idea definitiva fue su plato más famoso: el carpaccio, en el cual fileteo muy finamente un trozo de solomillo de buey (para que no sobresaliese por encima del plato), el cual aderezó con lascas de queso parmesano y una mezcla de mahonesa, mostaza y salsa worcesterhire.
 

El éxito fue rotundo por parte de la condesa, la cual también estaba horrorizada con la idea de comer carne cruda como las fueras. Así que Amalia, fascinada con la idea, y por la intención de repetir ese plato por culpa de su nueva dieta; le pregunto a Giuseppe por el nombre de este plato (para solicitarlo más veces).
El prestigioso chef era un amante del arte pictórico, y al verse obligado a ponerle un nombre a su nueva creación, e inspirado por el colorido tan particular de tal elaboración (rojo profundo + amarillo) solo un nombre se aparecía en su mente, el del pintor veneciano que mejor sabía trabajar con el color rojo profundo: Víttore Carpaccio.

Una curiosidad más: no era la primera vez que Cipriani hacía algo así puesto que el cóctel más famoso que se servía en el Harry's Bar era el "Bellini" en honor del también pintor Gian Battista Bellini.

Giuseppe siempre fue un personaje muy singular, si te interesa saber más sobre él, te dejo este enlace que resume bastante bien parte de su vida profesional:

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